martes, 22 de febrero de 2011

Plegaria


Desde la desnudez entera de mis palabras acaricio los oídos de un romancero loco, de un danzante, de un melodioso hombre de palabra (s). Desde la delicada caricia que recorre cada letra convoco al anónimo de mi vida, al desliz perpetuo de mis sentidos. Buen orador pronuncia fuerte mi nombre y pídeme seguro que te siga, que te envenene y después quítame la ropa. Buen besador júrame certeza y eternidad; la devoción que suplican mis piernas, júrame tu vida, consagración envolvente y escandalosa, que tu amor me llene, que me mires, que me llames, que en tu fuerza se devele el deseo, que me encuentres… que existas…

lunes, 21 de febrero de 2011

Declaración


No en balde tengo repleto este corazón que tanto lo llama, no es de a gratis señor O. que lo busque y que me muera por besarle. Siento todo esto que me alumbra completa y me dan ganas de salir corriendo y dejarlo así, todo junto, debajo de su puerta para que cuando salga usted, un espasmo de amor le llene y alimente. Yo sé que de algo han de servir mis besos profundos, abisales y misteriosos, algo le han de provocar mis manos pequeñas y mi boca cuando le recorren todo el fuego. Ande señor O. OlaMareaArenademar, dígame que naufrague, que me rinda, que usted solo sólo quiere leer mis mensajes y tostar mi piel y besarme, dígame señor O. que ya no puedo seguir buscando, que es inútil porque es usted y ya me ha encontrado.

viernes, 18 de febrero de 2011

Deseo




Era el hombre más hermoso que había visto, así desnudo, mirándome, su piel blanca y sus ojos verdes apenas si lograban difuminarse con la poca luz; mientras cabalgábamos juntos yo soñaba con que dijera las palabras mágicas, con que se diera cuenta de lo feliz que era conmigo y de lo bien que estaría si se quedara a mi lado. Mis mejores noches, mis más grandes placeres se los debo a él, llamémosle el mago del deseo, el blanco placer de la noche, el violentar de los sentidos, el hombre. Que sea mi hombre.

viernes, 11 de febrero de 2011

¿Qué pasará ahora que todo ha pasado?


¿Qué pasará ahora que tus labios me han delineado, que tus dedos me han poseído, que tu centro me ha cabalgado y si te enamoras y continúas contemplando mi desnudez hasta caer en la cuenta de que algo muy dentro tuyo se ilumina, y si te quedas conmigo una, dos, tres mil y una noches, nomás para escucharme contar las todas historias de mi vida y para inventar todos esos cuentos en los que tú me salvas o me besas o me amas, de esos en los que ya no te vas y amaneces a mi lado?