No sé si a estas alturas
pueda convertirme en bruja. No sé si volar con mi escoba hasta tu ventana
mientras duermes. No sé si echar a mi caldero un ciento de miradas profundas para
revolverlas todas con este mi amor infinito y luego jugar a que muerdes la
manzana y luego jugar a que caes dormido ante mi hechizo y luego jugar a que
soy el amor de tu vida, que te besa para que no mueras y así todos los días
para que no mueras; después de dormir tendrías que esperar mi beso y vivir de
este modo embrujado, enamorado y feliz para siempre.