Imagino tu mano grande, tus dedos que caben perfectos en medio de mis piernas. Imagino tu perfecta espalda, tus hombros, tus clavículas, tu flamante pecho incendiado y la hermosura de tus ojos penetrándome tanto como todo tú mismo.
Hay una fuerza que ejerces sobre mí, no sé si para la locura.