Cuando era niña soñaba grandes cosas, por alguna razón siempre he sentido que vine al mundo para hacer algo grande, para ser algo grande. Nunca había reparado en que mis planes de algún modo llegaban sólo hasta la universidad, después de eso el trabajo y la vida, nunca supe qué vida. Hoy que casi he vivido un cuarto de siglo, que he seguido el curso normal de las cosas, no sé si voy por buen camino. Las consecuencias de todo lo que hago a veces van mucho más lejos de lo que espero, a veces me llevan a otras cosas y a otras tantas que no esperaba, cosas, actos, todo me da la sensación de que estoy perdida entre tanto que he hecho y todo lo que cada día pareciera no voy a hacer; pero sigo siendo, sigo haciendo. Hoy ya no sé, de verdad hoy ya no sé hacia dónde ir, no estoy segura de mi próximo movimiento. Hoy me gustaría tener dieciséis y volver a soñar con todo esto.
lunes, 19 de julio de 2010
Dieciséis
miércoles, 14 de julio de 2010
Del curso de las cosas
Debajo de mi piel existes, estás en mi polvo, aunque no quiera te pienso un rato todos los días y saco a pasear las fotos en las que salimos con ojos brillosos y olorosos a puro amor. Como antes cuando te extrañaba mucho y dejaba que largo rato se escurrieran las pesadas gotas de llanto y de amor y de cursis suspiros, así me siento hoy, como cuando la vida se me vino encima porque adiviné que no regresarías nunca y que estaba dicho ya, que siempre te esperaría como te espero ahora que es de madrugada y no llamas y siento que me extrañas tanto porque las mentiras me dan el consuelo dulce y me quitan el valor del “para siempre”.
Así me siento hoy, algo me falta, algo me quitaron, sé qué es pero no puedo reponerlo y todo esto me da la sensación de que mis sueños no están en mis manos, que no hay salida fácil, que hay tantas cosas que no controlo, que no sé hasta cuándo voy a dejar de extrañarte tanto y cuánto más debo seguir en pie de guerra para que lo que quiero llegue a mí o para que mi corazón termine de estar listo para alguien más.