lunes, 17 de diciembre de 2007

Esa oscuridad toda



Es la oscuridad de los poros abiertos y los ojos cerrados, la del deseo, la de las noches sin luz, la de los sueños que se van cumpliendo en cada una de las sábanas más suaves; la de los cuerpos. La oscuridad luminosa acompañada de estrellas o lunas o sueños, la que se escucha al oído y tan cerca que se siente como respiro en el cuello de la victima. La oscuridad del dinero, de las esquinas de las putas, de los borrachos en las calles solas o los vicios todos juntos en los parques. Esa oscuridad, la de los ciegos que huelen la vida en la calle, la lluvia o el frío. La desesperante oscuridad de las cajas cerradas, la de los monstruos debajo de la cama y en el closet. La de la humedad acariciante al terminar la lluvia o la bochornosa oscuridad de las olas chocantes en las playas desiertas y en el abisal océano de los peces desconocidos. La oscuridad infinita del espacio. La de todas las noches de los reos, la de los pobres, la indeseada, la ofensiva. La misma oscuridad solitaria de mirar al techo sin poder dormir e imaginar lo que hubiera pasado sin entender siquiera lo que si pasó. La primera oscuridad, la última. Esa misma oscuridad ahora, en mi cuarto, en mi duda, en el ir y venir de los carros allá afuera y el ladrido de los perros y todo lo anterior, todo junto aquí, adentro…

viernes, 7 de diciembre de 2007

De mentiras, sueños y otras cosas inciertas



A este personaje le gusta que le mientan como contarle un cuento o como disculparse porque no se acordaron de su cumpleaños. Le gusta que los hombres eviten incomodarla con sus desamorosas verdades. Y sueña, porque también le gusta soñar, que es verdad que el chico de a lado la mira como si el resplandor de la virgen la abrazara y no pudiera, él, pronunciar palabras de tan grande impresión. A ella le gusta creer en pequeñas cosas, le gusta pensar, por ejemplo, que la torta de tamal se vuelve increíblemente nada en su panza y en su lonjita de un costado, y nada los chocolates en sus caderas. Y que nadie, también le gusta pensar eso, que nadie ha notado lo triste de su estar gracias a una película cursi que la hizo soñar que, el hombre de su vida, el que si es de verdad porque lo ha visto caminando y ha escuchado sus palabras o estrechado su mano en un saludo, sí, porque soñó que ese hombre la miraba a los ojos y tembloroso tomaba su mano o abría la boca para decirle lo que ella se venía repitiendo cada vez que cerraba los ojos si aquél se encontraba cerca.

A mi personaje le gustan las mentiras piadosas y agradece cuando un buen amigo le dice de vez en cuando que ella es la más linda del mundo pero que es su amiga. Le gusta pensar que la luna siempre si la sigue a ella porque no ha seguido nunca a nadie más. Y le gusta ir despacio por la calle mirando a los hombres sin que ellos se percaten e ir imaginando que los envenena a todos y que al mismo tiempo voltean, la miran y la aman los muy envenenados.

Y de vez en cuando, pero muy de vez en cuando y muy secretamente, le gusta pensar que trabaja de noche, que vende sus besos y disfruta cada billete ganado por prestar lo que tiene en medio de las piernas, que ilumina a los hombres con sus mentiras porque nadie, ninguno, resistiría que ella les dijera la verdad…

martes, 4 de diciembre de 2007

Este pensar se ha detenido


Qué pasa si de repente mi pensamiento más abstracto se me revela y se detiene? Qué pasa? Es tal vez mi subconsciente el que me bloquea, el que no permite que me adentre porque sabe que eso me afecta de algún modo?

A veces tengo miedo…