jueves, 7 de julio de 2011

Tus manos quedan lejos de las mías


Tus manos quedan lejos de las mías, muy lejos. Bueno, en realidad no tanto. Puedo subir al auto y llevar a mis manos a buscar las tuyas, sé dónde viven, mis manos también lo saben, han escrito tu dirección suficientes veces; sin embargo están lejos. Tus manos de mis manos están lejos. Es que no es una distancia de espacios ni de tiempos. La distancia que tanto separa nuestras manos es esta en la cual tú inventaste este muro, muralla, fortaleza, fronteraimpenetrablementeabsurda que no sirve sino para la pena.
Y estas manos mías se quedan solas, se resecan, intentan consolarse ente ellas y a veces se abrazan a mi cuerpo o insisten en querer encajar en el hueco de otras manos, en la caricia de otros cuerpos; y lo intentan, siempre lo intentan pero se engañan las pobres; yo no soy nadie para detenerlas ni para decirles que no busquen, ellas mismas se dan cuenta. Y tus manos que han de estar igual, tan descuidadas, desacomodadas, apenas con la humedad de la lluvia, con el falso calor de las telas que a veces las cubren, ahí están, y seguirán, tus manos que quedan lejos de las mías, muy lejos.

domingo, 15 de mayo de 2011

Algún día


Cuando dejamos a alguien realmente nunca lo dejamos, tendríamos que olvidar no sólo el sentimiento, tendríamos que no saber ni su nombre, no recordar su rostro o su olor invisible. Cada imagen del pasado es un sentir que también se recuerda, una leve reminiscencia del todo, un poco, no mucho, de lo que sentimos revive si lo recordamos.

La mayor parte de las veces sólo es eso, un instante que nos recuerda otro. Las penas, la felicidad, siempre pasan y nadie les dice nada, nadie se atreve a cortar de tajo el sentir, ni siquiera la naturaleza, es que el olvido es parcial, siempre es parcial. Es que me dijeron “algún día” y yo quería escuchar un “nuca”.

martes, 22 de febrero de 2011

Plegaria


Desde la desnudez entera de mis palabras acaricio los oídos de un romancero loco, de un danzante, de un melodioso hombre de palabra (s). Desde la delicada caricia que recorre cada letra convoco al anónimo de mi vida, al desliz perpetuo de mis sentidos. Buen orador pronuncia fuerte mi nombre y pídeme seguro que te siga, que te envenene y después quítame la ropa. Buen besador júrame certeza y eternidad; la devoción que suplican mis piernas, júrame tu vida, consagración envolvente y escandalosa, que tu amor me llene, que me mires, que me llames, que en tu fuerza se devele el deseo, que me encuentres… que existas…

lunes, 21 de febrero de 2011

Declaración


No en balde tengo repleto este corazón que tanto lo llama, no es de a gratis señor O. que lo busque y que me muera por besarle. Siento todo esto que me alumbra completa y me dan ganas de salir corriendo y dejarlo así, todo junto, debajo de su puerta para que cuando salga usted, un espasmo de amor le llene y alimente. Yo sé que de algo han de servir mis besos profundos, abisales y misteriosos, algo le han de provocar mis manos pequeñas y mi boca cuando le recorren todo el fuego. Ande señor O. OlaMareaArenademar, dígame que naufrague, que me rinda, que usted solo sólo quiere leer mis mensajes y tostar mi piel y besarme, dígame señor O. que ya no puedo seguir buscando, que es inútil porque es usted y ya me ha encontrado.

viernes, 18 de febrero de 2011

Deseo




Era el hombre más hermoso que había visto, así desnudo, mirándome, su piel blanca y sus ojos verdes apenas si lograban difuminarse con la poca luz; mientras cabalgábamos juntos yo soñaba con que dijera las palabras mágicas, con que se diera cuenta de lo feliz que era conmigo y de lo bien que estaría si se quedara a mi lado. Mis mejores noches, mis más grandes placeres se los debo a él, llamémosle el mago del deseo, el blanco placer de la noche, el violentar de los sentidos, el hombre. Que sea mi hombre.

viernes, 11 de febrero de 2011

¿Qué pasará ahora que todo ha pasado?


¿Qué pasará ahora que tus labios me han delineado, que tus dedos me han poseído, que tu centro me ha cabalgado y si te enamoras y continúas contemplando mi desnudez hasta caer en la cuenta de que algo muy dentro tuyo se ilumina, y si te quedas conmigo una, dos, tres mil y una noches, nomás para escucharme contar las todas historias de mi vida y para inventar todos esos cuentos en los que tú me salvas o me besas o me amas, de esos en los que ya no te vas y amaneces a mi lado?

domingo, 2 de enero de 2011


“Y los ojos prometen

Mientras la boca aguarda…”

Jorge Guillén

Las noches de sudor de madrugada, las bocas, luces apagadas y poco frío o mucho calor, clases de muslos salados –alados, abiertos y dispuestos a tu fuego; táctiles enseñanzas y la lengua larga y ágil, toda la fuerza del deseo en tus manos, el impulso impredecible de tu centro dentro de otros centros, no sé cuántos, es la oscilante marea de un ritmo que permite y penetra desde todo tú como un cabalgar profundo, sentido, desbordante de tan luminoso y tu deseo, te deseo, tú deseo ¿Qué más puede contarme tu cuerpo?