lunes, 2 de febrero de 2009

Este lunes parece domingo...


Este lunes parece domingo. Otro día inhábil para que las familias salgan a caminar a las plazas o de día de campo a los parques más cercanos, un día como para salir de la mano a descubrir gustos compartidos.
Este lunes parece domingo. Y la felicidad se me desmorona desde la mañana. Bajo las escaleras con la sorpresa de una casa bacía. Elijo ver una película y resulta ser la hipérbaton de mi vida. Cuantos pasos tendré que dar sin que nadie los cuente? En una de esas escenas en donde se me viene encima un instante ya vivido, decido marcarle, quiero verlo, quiero acariciarlo desesperadamente. El arte siempre me trae algún efecto secundario. Colgamos. Mientras él hace lo posible por venir a contemplarme, el maldito mundo con sus trabajos y sus responsabilidades, el monstruo capitalista avasallando miles de momentos felices mientras se encarga de hacernos creer que trabajamos para vivir.
Sin saberlo trato de apresurar el tiempo que me resta para el encuentro, me baño, me arreglo, me siento dueña del agua que resbala de las puntas de mi cabello. A veces de nada sirve una ingenua intención. Suena el teléfono y atiendo su llamada. Es normal, tiene trabajo pendiente y no vendrá. Por un segundo toda la soledad, toda se embelesa y seduce el resto de mi tarde, por un minuto, por una hora, por el tiempo que falte para cerrar los ojos. No es algo que pueda soportar después de un revolver sentimientos frente al televisor. No, ya no puedo entretenerme con nada. El suicidio es la idea que ronda mi mente cada que siento tanto frío aquí adentro.
Suelo exagerar. Las lágrimas lo solucionan todo.

1 comentario:

Sociedad de Alumnos de Letras Españolas dijo...

http://coloquioefrainhuerta.blogspot.com/