
El siguiente relato responde a la convocatoria del Beno, espero que les guste:
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Adelita estaba soñando.
- no, estaba despierta- no, soñando- no, despierta…
En fin, lo importante es que Adelita estaba ahí. Delgada y con el vestido rasgado de un lado, la calceta del pie derecho sin resorte y un chapulín entre las manos. ¿Cuál habría sido la causa de su mal vestir? Nunca lo sabremos. Tomaba al pequeño insecto con la brusquedad de los niños de su edad, de repente lo suspendía de una pata o lo guardaba en la bolsa. Adelita gozaba atrapando al chapulín o dejándolo ir.
¡Una pata! Demasiado brusca había sido la manera de volver a atrapar al chapulín, la pata de este yacía desprendida y aún con movimiento frente a los ojos de la pequeña.
Ya no podía hacer nada, la pata comenzaba a crecer desbordantemente, poco a poco incorporada, un salto, otro, otro. Adelita gritaba y corría.
El cansancio era sofocante y la solución parecía escapar de su comprensión.
Un olor fétido rozaba su olfato y le agobiaba las ideas.
Adelita despertó. ¿O se quedó dormida?
- no, estaba despierta- no, soñando- no, despierta…
En fin, lo importante es que Adelita estaba ahí. Delgada y con el vestido rasgado de un lado, la calceta del pie derecho sin resorte y un chapulín entre las manos. ¿Cuál habría sido la causa de su mal vestir? Nunca lo sabremos. Tomaba al pequeño insecto con la brusquedad de los niños de su edad, de repente lo suspendía de una pata o lo guardaba en la bolsa. Adelita gozaba atrapando al chapulín o dejándolo ir.
¡Una pata! Demasiado brusca había sido la manera de volver a atrapar al chapulín, la pata de este yacía desprendida y aún con movimiento frente a los ojos de la pequeña.
Ya no podía hacer nada, la pata comenzaba a crecer desbordantemente, poco a poco incorporada, un salto, otro, otro. Adelita gritaba y corría.
El cansancio era sofocante y la solución parecía escapar de su comprensión.
Un olor fétido rozaba su olfato y le agobiaba las ideas.
Adelita despertó. ¿O se quedó dormida?