viernes, 18 de febrero de 2011

Deseo




Era el hombre más hermoso que había visto, así desnudo, mirándome, su piel blanca y sus ojos verdes apenas si lograban difuminarse con la poca luz; mientras cabalgábamos juntos yo soñaba con que dijera las palabras mágicas, con que se diera cuenta de lo feliz que era conmigo y de lo bien que estaría si se quedara a mi lado. Mis mejores noches, mis más grandes placeres se los debo a él, llamémosle el mago del deseo, el blanco placer de la noche, el violentar de los sentidos, el hombre. Que sea mi hombre.

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