lunes, 7 de julio de 2014

Imagino, imaginaba...

Imagino tu mano grande, tus dedos que caben perfectos en medio de mis piernas. Imagino tu perfecta espalda, tus hombros, tus clavículas, tu flamante pecho incendiado y la hermosura de tus ojos penetrándome tanto como todo tú mismo. 


Hay una fuerza que ejerces sobre mí, no sé si para la locura.

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